No hay solución a ningún conflicto o crisis de pareja hasta que alguno de sus integrantes reconozca o se dé cuenta de que existe dicha crisis. Al menos uno de ellos debe buscar y facilitar el diálogo, marcando la necesidad de un cambio.

Mientras perdure la pasividad, la ignorancia, o el silencio (no reflexivo, sino el del malestar), la pareja continuará desgastándose y la recuperación de un buen nivel comunicativo se hará cada día más difícil.

Algunas medidas que pueden ser de gran ayuda para afrontar positivamente las crisis son las siguientes:
 Reconocer la situación o el problema es el primer paso.
 Estudiar y aprender sobre la situación.
 Leer, preguntar, indagar, conocer, puede ser fundamental para el entendimiento.
 Comprometerse a buscar soluciones a la situación y buscar ayuda si es necesario.
 Hablar con la pareja, explicarle cómo uno se siente.
 Llevar a cabo las acciones necesarias.
 Hablar no es suficiente, se requiere de la acción.
 Evaluar la situación sin tomar decisiones impulsivas; detenerse y ejercer la paciencia.
 La Biblia enseña "El hombre iracundo promueve contiendas; Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla" Proverbios 15:18
 No dejarse llevar por la emoción. Pensar, usar la lógica y no querer resolverlo todo en un día. Hay que afrontar la situación, pero no pegarse al tema las veinticuatro horas.
 Descansar, despejar la mente y las emociones. Hacer ejercicio, pasear por la naturaleza.

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